No siempre has existido, al menos así de esta forma. Hoy has nacido sin nacer. Te diré por si algún día te da por acudir que se especulaba contigo, se aventuraba tu nombre, pero nadie tenía huevos para decirte las cosas a la cara. Hasta hoy. Hoy te voy a decir quien eres.
Eres deseo, amor, legado de esperanza. Eres pregunta sin respuesta eres desilusión y fantasía. Eres imaginación, noches en vela. Eres herencia de imperfecciones, penitencia, castigo, sacrificio y esfuerzo.
Debes conocer mis secretos.Secretos que me han llevado toda una vida. No hagas caso a nadie salvo a esa voz tuya interior. No la hagas callar, de lo contrario se irá apagando paulatinamente hasta que un día apenas será audible. Así pues, haz lo que te plazca. Para saber que te place necesitas conocer quien vas a ser. Ahí no te puedo ayudar. Salvo que debes tratar de discernir lo básico de lo importante, lo trivial de lo fundamental. Si puedes, evita tener la obligación de trabajar y si no has encontrado la forma, al menos trata de acudir con actitud positiva a algo tan forzoso. En este asunto también lo mejor es que hagas lo que te plazca y si además te pagan, mejor que mejor pero como te he dicho antes no hagas caso a nadie. Ni siquiera a mí. Corre cuando te sientas en peligro, escóndete si lo crees necesario, no tienes porqué ser valiente. Salta para llegar más lejos, golpea para demostrar tu fuerza. Aunque no tienes que demostrar nada a nadie salvo a ti mismo.
En el amor no malgastes tu tiempo. Has nacido solo y morirás sólo… créeme el amor te volverá funcional y emocionalmente inútil y la tontería apenas dura de tres a seis meses… aunque es cierto que hay otros tipos de amor, amores eternos como el de un padre a un hijo, de este apenas te puedo hablar. Yo quise a mi padre como me gustaría que tú me quisieras a mí, pero se ha hecho ya tan tarde que jamás te lo podré decir. Tampoco podrás aprender de mí, a atar los cordones de tus zapatillas, a vestirte, a conseguir el mismo tupé que me hacía tu abuelo, a afeitarse sin que te lastimes, porque mi tiempo, hijo mío, se acaba y tú aún no estas aquí para decirte que te hubiese querido tal y como fueses, sabiendo que no siempre has existido al menos así de esta forma, fuera de mi imaginación.